
En la realidad diaria de los adultos reinaba el caos de los controladores aéreos durante el puente más apetecible del año, las lluvias torrenciales anegaban numerosas provincias españolas, Wikileaks destapaba la corrupción y la manipulación política más incómoda y, a la vez, prevista y casi evidente…
Pero en el mundo de los niños, estábamos de viaje con Manny Manitas. ¡Éste si que sabe!, dice mi hija Alejandra, porque lo arregla todo y todo. Nos sumergimos, grandes y pequeños, en el mundo Disney, y nos dejamos llevar por un universo paralelo de música, juegos, diversión y aprendizaje. Manny enseña inglés, compañerismo, educación… (¡Mandadle un CD a Zapatero!, pensé en un momento de distracción), pero sobre todo, une en familia.
Allí estaba mi marido con Alejandra en brazos sentado frente a la tele y yo con Carolina, muy pequeña para participar pero no para quedarse anonadada con las canciones de las herramientas, divirtiéndonos todos juntos.